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Ensayo "Puerto del mañana" Introducción por Ranieri Maximiliano Patricio, borrador.

Puerto del mañana


Introducción:


Dicen que la pandemia es lo que efectivamente nos ha instaurado en la posmodernidad. No será problema de este ensayo pensar si vivimos en tiempos modernos o posmodernos. Llamémoslo como lo llamemos, ya conocemos, en el 2022, muchas de nuestras realidades. Los cambios que se están dando.


Este ensayo busca indagar en el arte del 2005 en Adelante, ¿qué problemáticas de la época encontramos plasmados?, ¿qué voces se escuchan?, ¿qué se viene a futuro dilucidando de la evolución que está sucediendo en el arte?


The lines are all imagined

The Shins, Port of Morrow (Puerto del mañana)


Sin duda, en nuestro subconsciente, y según algunos holísticos, los límites fronterizos, culturales, sociales, y carnales, son inexistentes también en otro plano. ¿Se puede acceder a otros planos antes de la muerte? En el inconsciente todo se funde y se mezcla por asociación. Los sueños son fantasía y los ensueños, como decían los chamanes, revelan algunas verdades espirituales. Sin dudas, todas las líneas son imaginarias, hay algún momento en cada existencia de cada ser que, si logra trascender, logra sentirse uno y todo; y a la vez nada. Y esto es porque cósmicamente todos provenimos de lo mismo ¿o no? Ya lo hablaremos. Pero parece bien cierto que toda unidad es parte de un todo, por eso el límite entre ser y ser tal vez sea ilusorio; tal vez nos conectamos en sueños, o en otro plano; o nos encontramos en un paraíso o vagamos por el cosmos en nuestras muertes. Y podemos quizá, alcanzar el entendimiento total de la otra alma. “En un nivel más arriba no hay secretos”. dice mi interior. ¿Qué hacemos para perdonarnos todas las mentiras hipócritas que alguna vez nos hemos dicho al oído? Tratemos de ser honestos, mi recomendación. No ruegues amor, en otro plano sentirás vergüenza por rebajarte a pedir perdón a quien apreciás pero te dañó. Mejor soltar el pasado, para que luego no duela.

Así como tenemos escritores como Almudena Grandes (cuyas novelas recuerdan historias de posguerra de la segunda mundial), al igual que Haruki Murakami (en alguna de sus obras), contemporáneos; tenemos también a Mariana Enríquez y Alberto Fuguet. La primera periodista, de terror cotidiano, un realismo falseado, desenlaces que no existen; el segundo, fílmico, narrando en escenas, mostrando muchas veces poco desarrollo de trama argumentativa o psicológica (son estilos, pero estilos cinematográficos). Escritores como ellos son llamados “La nueva narrativa latinoamericana”. No encontramos en ellos más que una realidad periodística, publicados por grandes editoriales, influenciando a generaciones más jóvenes, siendo abalados por la crítica. En los talleres literarios últimamente se enseñan las mismas fórmulas.


And it’s from these ordinary people, you are longing to be free”

Ídem anterior.


¿Qué estamos esperando para abandonar ese periodismo viejo y trucho y mostrar una realidad cruda desde una posición de clase media? ¿Qué podemos entender de la miseria? ¿Cómo se liberarán los jóvenes de esta corriente de enajenación, donde el relato que parece de un canal de noticias es lo que triunfa?


Por otra parte tenemos escritores de realismo sucio, o la evolución: el realismo urbano.

Y acá encontramos ya el contacto con los músicos. Pero antes de pasar a ellos, ¿por qué triunfa un realismo que se hace pasar por real cuando es menos real que el realismo mágico? Lo responderemos.


Antes de hablar de músicos, pero hay una relación, tenemos la vanguardia de, por ejemplo, Yoko Ono. ¿Qué mierda tiene que ver “el arte” de esta mujer con la realidad del que no llega a fin de mes y saca préstamos?


Y ahí vienen músicos, como El Doctor, Eminem, Residente, YSY A, WOS, que nos muestran otra cosa.

L-gante, que del delito hace un hecho romántico. Subjetividad, naturaleza humana y sensibilidad de valentía, adrenalina, rigor, ingenuo, necio, hambriento.


En las películas y series, sobre todo Netflix, que gobierna el audiovisual, casi HBO MAX está a la misma altura, ¿o lo está?, con series como El Marginal, o Korean Odyssey, mostrándonos la primera algo que parece real (sacando el exceso de insultos), y la otra la lucha contra la maldad, desde un “malo no tan malo”.

Lo mismo nos enfrentamos con Maléfica y El Joker, ¿qué se busca haciendo empatía con los villanos?


Se puede deducir que esta época tiene artistas que todavía siguen hablando de las guerras mundiales, mientras hay otros que se clavan una pastilla y te hacen un videojuego más “flashero” que tu propia imaginación sin agravantes. Entre el pasado y el futuro de ciencia ficción, o fantástico, el presente de la marginalidad, las guerras, la contaminación medioambiental.


¿Y los artistas exclusivos de las redes?, ¿los movimientos artísticos sin fines de lucro, independientes e internacionales que unen artistas underground?


Todo eso veremos en el ensayo


I saw a photogaph: Cologne in ‘27

and then a postcard after the bombs in ‘45

[…]

But now I recognize, dear listeners,

that you weethere and so was I

Ídem


¿Realmente en el 2022 todos estuvimos en el 1927 y 1945? ¿El karma? ¿O nuestra semilla en el cosmos ya estaba creada y recorría los eventos humanos hasta que nos llegase el turno?

Sea como sea el arte y la cultura nos hacen estar en todas las épocas, con cierto grado de veracidad, falacia, y vencedores y vencidos.

Algunos rememoran todavía eso, otros escriben en sus letras la palabra Picachu o escriben los literatos: Lxs almnxs estaban de pie.


En esta modernidad y postmodernidad, con tanta globalización, nos encontramos a la vez con mil lenguajes y uno solo. Todo se entremezcla. ¿Qué podemos sacar de esta fusión de periodismo decadente, nuevo periodismo digital, artistas de redes, artistas de multinacionales, romanticismo del delito, religión moralizante y pecadora, hipocresías, falsas máscaras, individualismo de personas ajenas al prójimo firmando peticiones?


Lo que podemos sacar es El Puerto del Mañana.




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